Son ya unos años los que llevamos con el movimiento del 15M, son ya unos cuantos años de indignación hacia la clase política y sus prácticas excesivas, son ya muchos años sin sentirnos representados por quienes dicen que nos gobiernan, y lo que es pero, son muchos años sin reacción por parte de los que viven de la política.
Hoy podemos decir que la indignación es generalizada, pero su verdadero origen está en el sentir de los votantes de izquierda, que se encontraban huérfanos sin sentirse representados, al ver como quienes pedían su voto después actuaban de forma contraria a la deseada por sus votantes.
Como claro ejemplo, en sus inicios desde la derecha más reaccionaria se veía el 15M con recelo, y desde la izquierda más moderada se buscaba su rentabilidad electoral, sin plantearse cuáles eran sus reivindicaciones de una mayor participación ciudadana.
Lo cierto es que el resultado ha sido una mayoría absoluta del PP, que no se ha visto afectado por el movimiento que pedía una Democracia Real YA, y el PSOE es el que no frena su caída.
Quienes se han favorecido, especialmente, de la pérdida de votos del partido socialista son los partidos pequeños y minoritarios, así como la abstención, que han recogido el espíritu de la indignación.
Pero la crisis está llegado a todos, y eso lleva consiguo que la indignación se haya generalizado, ya no hay color en la hartura de la ciudadanía, El paro, el desahucio y el hambre son la realidad de nuestros días, y quienes nos gobiernan siguen sin reaccionar.
Por eso, ahora más que nunca, hay que buscar nuevas formas de gobierno que permita tomar el mando a la ciudadanía frente a las imposiciones de los mercados, que son quienes realmente controlan las distintas administraciones.
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